
Con el inicio de año solemos hacernos propósitos nuevos para cambiar algunos hábitos, iniciarnos con otras actividades o simplemente, proponernos nuevos horizontes en nuestras vidas. Para muchas personas, empezar el año supone una época de cambio y transición, pero… ¿cuántas de ellas logran mantener estos cambios en el tiempo?
A continuación te muestro claves para poder convertir tu propósito en un cambio mantenido en el tiempo, es decir, en un hábito que forme parte de tu estilo de vida, preparado?
Primero y súper importante: NO TE GUIES POR LOS TÓPICOS TEMPORALES. ¿Por qué necesitas empezar justamente en enero o bien otro momento estandarizado (llegada del buen tiempo, inicio de año, inicio de curso escolar…) para iniciar tu proceso de cambio? Lo más importante es que te sientas preparado justo en el momento que te propongas, es decir, QUE SEA UNA DECISIÓN TOMADA POR TI Y NO POR LOS DEMÁS.
Segundo: ASEGÚRATE QUE EL PROPÓSITO TE INSPIRA Y MOTIVA. Nuestros cambios deben ser afines a nuestros gustos y sobretodo a nuestras necesidades y valores. Es fundamental que estés convencido del cambio que quieres realizar y de que lo quieres mantener en el tiempo, es decir, que se convierta en parte de tu estilo de vida.
Tercero: PLANTÉATE CAMBIOS GRADUALES Y REALISTAS. Una vez decidido a implementar e iniciar tu proceso de cambio, te ayudará mucho ser gradual y realista con lo que te propones. Empezar con metas que nos resulten fáciles de cumplir y mantener para luego ir progresando en el tiempo es la clave.
Cuarto: NO TE PRESIONES NI EXIJAS: SÉ EL PRIMERO EN QUERERTE Y ANIMARTE. El proceso de cambio requiere constancia y práctica. Durante el camino habrá días más productivos y resolutivos que otros, pero no por ello debes desanimarte. Felicítate por cada logro, por pequeño que sea y no te castigues ni exijas de más los días que te cueste más todo.
Recuerda que mantener los cambios de hábitos será posible siempre que seas fiel a ti mismo y real con lo que te propones. A por ello!
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