
¡Hola! ¿Cómo andáis? Seguro que con la mente puesta en las vacaciones de verano, ¿verdad? Hoy me gustaría hablaros sobre el estrés emocional, ya que por estas fechas suele ser bastante común que empecemos a notar que “estamos hasta arriba de todo” y que ¡necesitamos unas vacaciones urgentemente!
El problema es que a menudo este sentimiento de agotamiento emocional aparece mucho antes de que nos toque colgar el cartelito de “cerrado por vacaciones”, y hace presencia en nuestra rutina diaria, cosa que no es nada buena para nuestra salud. Por eso hoy me gustaría daros algunos consejillos o tips que os ayuden a plantar cara al maldito estrés.
¿Que entendemos por estrés emocional?
Se define como estrés aquel conjunto de reacciones tanto físicas como emocionales que tiene una persona cuando está expuesto a una serie de demandas del medio, las cuales no puede atender ni resolver de forma natural. Esto, produce una tensión tanto física como psicológica en el organismo, que resulta nociva para la salud. Cada vez más, los expertos en salud advierten de que el estrés crónico puede ser causante o acelerador de numerosas enfermedades como hipertensión, diabetes, insuficiencia cardíaca, obesidad, lesiones musculo esqueléticas, problemas de la piel como eczemas o acné, etc. A nivel emocional, también puede conllevar a la aparición de estados depresivos, ansiedad, insomnio, problemas con las relaciones sociales, falta de autoestima, problemas para concentrarse, etc.
¿Cómo reducir el estrés emocional en nuestras vidas?
- Hacer frente al estrés supone saber decir BASTA a aquellas situaciones o circunstancias que nos provocan tensión y que nos hacen sentir desbordados. Es importante saber analizar nuestro día a día para detectar qué es lo que nos provoca este malestar.
- ¡No somos máquinas ni seres perfectos! A lo largo de nuestra vida habrá cosas que no sabremos resolver o quizás necesitaremos más tiempo de lo que creíamos para hacerlo o de lo que los demás nos piden. No hay que presionarse a uno mismo, sino que hay que aprender a ser realistas y pacientes, o ¿creéis que los grandes logros se consiguieron en un día?
- Quererse a uno mismo y a sus capacidades es vital: respétate y date tu tiempo para asumir tus tareas. Empieza con pequeños objetivos para lograr tu meta o haz una lista de más a menos prioritario y ves “liquidando” tus tareas de una en una en lugar de varias a la vez.
- ¡Cuídate cada día un poco y quiérete cada día más! Dedicar al menos 5 minutos del día para desconectar de todo es muy saludable. Basta con fijarse el momento idóneo y tratar de relajar la mente, puede ser justo antes de acostarse, durante la ducha o en el café de la mañana. Al principio puede costar, pero se trata de no pensar en nada, sólo relajarse y dejar fluir el tiempo sin listas, preocupaciones ni deberes.
- Realizar alguna actividad que nos guste y nos haga desconectar de las tensiones como leer, realizar algún hobbie, salir a pasear, etc. Marcarse al menos dos días a la semana para hacer algo que nos guste y nos relaje es muy recomendable.
- Realizar actividad física ayuda a liberar tensiones aparte de que hace que nuestro organismo segregue endorfinas, unos componentes que hace que sintamos bienestar y placer. Tampoco se trata de que de repente nos obliguemos a ser un “maratón man” de un día para otro, hay infinidad de deportes y temáticas aptas para todos los gustos. Para los más escépticos se puede empezar con paseos, excursiones…
Para terminar, me gustaría deciros que lo más importante es que tengamos claro que el estrés no se va solo, hay que querer hacerle frente y esto a veces es lo que más nos cuesta: saber parar y reducir el ritmo. Eso es sin duda, un buen inicio para adoptar un patrón de vida menos estresante y más favorecedor para mantener una buena salud tanto física como mental.
¿Os animáis con ello?
Psicóloga y dietista-nutricionista
Deja una respuesta