
Con la llegada del verano todos queremos tener un bonito cuerpo para poder lucirlo en playa y piscina y sentirnos bien con él. ¿Pero qué ocurre cuando este deseo sobrepasa el límite y se convierte en una obsesión? Hoy os hablamos de la vigorexia, o el deseo enfermizo de tener un cuerpo musculado y perfecto.
¿Qué es la vigorexia?
La vigorexia es un trastorno de una preocupación obsesiva por la figura y distorsión del esquema corporal. Este tipo de trastorno se da especialmente en hombres entre 18 a 35 años. La vigorexia implica el efecto contrario a la anorexia, por lo que también recibe el nombre de anorexia inversa y/o dismorfia muscular.
Este trastorno lo podemos cualificar de trastorno dismórfico corporal íntimamente relacionado con un trastorno obsesivo compulsivo que implica que la persona se obsesiona con sus defectos y percibe su propia imagen totalmente alejada de la realidad. Todas las afectaciones del trastorno repercuten negativamente con la salud física y mental de la persona que lo padece.
Una persona que sufre vigorexia se mira constantemente en el espejo para comprobar si ha alcanzado lo que su mente establece como necesario en su cuerpo. Pesarse varias veces al día y compararse con personas que hacen fisioculturismo es muy propio de personas que desarrollan comportamientos vigorexicos. Este trastorno deriva en un cuadro obsesivo-compulsivo que provoca que la persona desarrolle pensamientos negativos de él mismo, abandone sus actividades cotidianas e focalice su vida en realizar ejercicio en exceso.
¿Cómo podemos detectar la vigorexia?
El principal síntoma es que la persona elabora un plan de entrenamiento de gran intensidad. El claro objetivo del ejercicio es ganar tono muscular, así que las pesas son la predilección de las personas con vigorexia. La dieta también es una preocupación importante, ya que se busca eliminar la grasa lo más rápido posible.
En los casos más extremos, la persona para conseguir unos resultados más rápidos y eficientes, empiezan a tomar drogas y otras sustancias para desarrollar musculo. Podemos evitar estos comportamientos si la persona realiza ejercicios bajo supervisión de un entrenador personal, experto en materias deportivas.
El tratamiento contra la vigorexia debe de atacar directamente la conducta de la persona, para intentar modificarla así como la visión que tiene de su cuerpo. El entorno tiene una función fundamental para conseguir que el tratamiento dé resultados positivos.
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