
Las empanadillas son una de esas preparaciones que permiten añadir casi cualquier ingrediente de relleno. Las combinaciones son tan diversas como podamos imaginar y, aunque las más típicas son las de atún, carne o bacalao, también se pueden hacer mezclando diferentes verduras o con frutas como la manzana y canela o el plátano. En este caso, las hemos rellenado con espinacas y requesón, para que aquellos niños (y no tan niños) que tengan pánico a esta verdura, la introduzcan en su alimentación de una forma más sutil que las clásicas espinacas hervidas con patatas.
Las empanadillas de espinacas y requesón forman parte del proyecto «Somos lo que comemos» de la Fundación FCBarcelona. Este proyecto está destinado a fomentar los buenos hábitos alimentarios y la actividad física entre jóvenes y niños. Puedes ver la receta completa, ilustrada por Cristina Bueno, en este enlace de la revista Barçakids de Abril.
Adaptaciones
Apto: Alergia a la soja, apio, mostaza, sésamo, sulfitos, crustáceos, frutos secos, pescado
No apto:
- Intolerantes a la lactosa: Sustituir el requesón por tofu o queso sin lactosa
- Alergia a la proteína de vaca: Sustituir el requesón por tofu
- Enfermedad celíaca: Se pueden sustituir las obleas comerciales por una masa casera elaborada a partir de harina sin gluten
- Alergia a los huevos: No añadir el huevo ya que sólo sirve para dar brillo
Valoración nutricional (aproximada por unidad)
- Energía: 118,71 kcal
- Hidratos de carbono: 8,61 g
- Lípidos: 8,8 g
- Proteínas: 2,97 g
*Cálculo a partir del programa PCN CESNID (Universidad de Barcelona)
Las empanadillas de espinacas y requesón son una buena fuente de hidratos de carbono complejos y fibra. Aunque el requesón es rico en calcio, nuestro organismo no lo absorberá bien, debido a la presencia de ácido oxálico en las espinacas.
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