
El pasado 16 de Octubre, se celebró el Día Mundial de la Alimentación y el tema elegido por la FAO eran los Sistemas alimentarios
sostenibles para la seguridad alimentaria y la nutrición. Por este motivo, quiero exponer lo que yo creo que podemos hacer para tener un consumo responsable.
Todos hemos escuchado titulares como este: “Uno de cada cuatro niños menores de cinco años en el mundo padece retraso del crecimiento. Esto significa que 165 millones de niños están tan malnutridos que nunca alcanzarán todo su potencial físico y cognitivo”. Lo peor, es que, por lo que dicen, de momento, la producción mundial de alimentos es suficiente para abastecer a toda la población, el problema es que esta mal repartido. Mientras aquí desperdiciamos toneladas de alimentos, a otros países no les llegan.
Como consumidores, todos formamos parte del sistema, tenemos nuestra responsabilidad y nuestro consumo puede contribuir a mejorar o empeorar la situación global. Una forma de mejorarlo es practicar un consumo responsable con el medio ambiente y las personas, eligiendo productos de proximidad, siempre que sea posible, y cuando se trate de productos que no se cultiven en nuestra zona, apostar por el comercio justo.
Consumo de proximidad
El consumo de proximidad consiste en optar por los productos de temporada, elaborados en nuestro entorno más próximo. Algunas ventajas que obtenemos al hacer un consumo de proximidad son:
- Una mejor calidad en los productos (los tomates saben a tomate)
- Evitamos el impacto ambiental que supone el gasto energético y la contaminación, al transportar productos de fuera.
- Contribuimos a un reparto económico más justo y a conservar pequeñas explotaciones que mejoran la economía de la zona.
Cuando estaba en la universidad, hice unas prácticas en el departamento de calidad de una empresa distribuidora de fruta y verdura. Lo que más me llamo la atención es la cantidad de productos que nos llegan desde la otra punta del mundo… melones de Brasil, manzanas de China, etc. Para llegar hasta el almacén, todos estos productos se pasan un mes viajando en barco, luego esperan en el almacén, van a la tienda y finalmente, alguien lo compra. Es decir, desde que cogen la manzana del árbol, hasta que alguien se la come, pueden pasar un par de meses.
Por otro lado, hace unos meses asistí a un seminario sobre la soberanía alimentaria. Uno de los ponentes era un agricultor de Lérida, que cultivaba melocotones, pero aquí nadie se los compraba. Un día le llamaron de una cadena de supermercados inglesa y desde entonces toda su cosecha se la vende a ellos.
Lo que pretendo decir con estas dos anécdotas, es que esto no tiene ninguna lógica. Todo esto supone un gran impacto ambiental y un pésimo favor a nuestro paladar.
Comercio justo
El comercio justo promueve relaciones comerciales voluntarias y justas entre productores y consumidores. Se caracteriza por generar productos a través de cooperativas organizadas democráticamente, usando materia prima local y garantizando los criterios éticos durante toda la cadena de producción. En el caso de productos que no se pueden adquirir localmente, se opta por los canales de distribución más cortos posibles, respetando así el medio ambiente. Estas son las ventajas de su consumo:
- Respetamos los derechos humanos, rechazando desigualdades por género o la explotación a menores.
- Contribuimos a que las condiciones laborales sean dignas.
- Recibimos información completa sobre el proceso de producción.
- Protegemos el medio ambiente y la producción sostenible.
Recomendaciones para un consumo responsable
- Lleva una dieta variada y equilibrada. De esta forma evitaras el exceso de alimentos que producen un mayor impacto ambiental, como los de origen animal.
- No desperdicies la comida, compra sólo lo necesario.
- Consume productos de temporada. No hay ninguna necesidad de comer melón en Febrero.
- Intenta comprar productos próximos. Fijarte bien en las etiquetas para ver de donde proceden los productos. También te puedes apuntar a una cooperativa de consumidores para comprar productos de proximidad a pequeños productores locales.
- Siempre que sea posible, elije productos de comercio justo.
Esta entrada participa en la V Edición del Carnaval de la Nutrición, organizado por el portal dietistasnutricionistas.es
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